lunes, 13 de febrero de 2012

Un fallo histórico



Un fallo histórico

Condenaron al asesino
de Georgina Vera a 20 años de prisión

Hoy, tras realizarse los alegatos de las partes en la audiencia de juicio oral que se llevaba a cabo contra ALAN YUCRA, el Tribunal lo condenó a veinte años de prisión.
Afuera, con un operativo policial inusitado y desproporcionado, un grupo de compañeros y compañeras de la CCC, amigos y familiares de Georgina esperaban la sentencia, y la misma fue considerada un verdadero triunfo teniendo en cuenta la adversidad de la legislación (sin figura de femicidio en el Codigo Penal) y los precedentes de casos similares, donde la condena iba de 10 a 14 años como máximo.
Los detalles de la sentencia
Si bien los fundamentos de la sentencia estarán recién la semana que viene, el Tribunal condenó a Yucra por homicidio simple, imponiendo por este delito la pena de 18 años de prisión. El acusado fue absuelto por el delito de aborto, y por tener una condena en ejecución condicional (sin cumplimiento) se unificaron las penas, por lo que Yucra fue condenado a 20 años de prisión.
El hecho de que fuera absuelto por el delito de aborto, genera en la querella la festejada posibilidad de apelar la resolución (decisión ya tomada), por lo que de lograr que dicho recurso prospere, los veinte años de condena podrían elevarse a más.
El fiscal Morales había pedido 22 años de prisión por los delitos de aborto y homicidio, la querella 25 años por los mismos delitos, y el defensor de YUCRA pidió su absolución.
En el hall de Tribunales
Asimismo, como expresó Nancy Martinez, dirigente de la CCC, al conocer el fallo, en un improvisado acto en el hall de Tribunales: “Se persigue a las mujeres que deciden abortar, pero no se persigue a un tercero que provoca un aborto”. Este fallo desnuda la hipocresía del Estado, al que solo le interesa perseguir el aborto cuando lo decide la propia mujer, pero no tiene ningún interés en perseguir a un tercero que atenta contra la decisión de una mujer de continuar con un embarazo.  
La batalla emprendida para lograr una condena ejemplar al femicida Yucra, a la vez que puso en debate en la provincia de Jujuy la necesidad de incorporar la figura del femicidio al Codigo Penal, fue sostenida, masiva y muestra el camino certero para logar objetivos como los propuestos.
¿Cómo serán las próximas condenas a femicidas en Jujuy? ¿Cuánto sirvió y servirá esta pelea en el camino de terminar con la violencia de género? ¿Cuándo se modificará la legislación nacional para no tener el absurdo de condenar por homicidio simple a un asesino que no se casó legalmente con su víctima? Seguramente hay un antes y un después de Georgina Vera. Eso intentamos. 

Un conmovido movimiento que no da tregua


Sigue el juicio por el femicidio de Georgina Vera

Un conmovido movimiento
que no da tregua

La audiencia continúa el 13 de febrero a las 17 horas

El viernes 10 de febrero continuaron las audiencias del juicio oral que se sigue contra Alan Yucra, por el homicidio de Georgina Vera.
Por la mañana, Alan Yucra prestó declaración indagatoria, allí por primera vez se refirió a lo ocurrido el 5 de febrero. Para sorpresa de los presentes, y en absoluta contraposición con lo ya probado con testigos en audiencias anteriores, Yucra señaló que Georgina siempre usaba un arma de fuego, y que ese día cuando él la fue a buscar, ella salió con el arma en su ropa, y luego de una discusión ella le apuntó con las dos manos. El la tomó de las muñecas y el disparo salió por accidente. Luego él se fue asustado.
Lo que podía resultar una defensa interesante aunque físicamente improbable para este asesino, se transformó en una declaración burda. El asesino no se llevó el arma de la escena del crimen, según dijo. Pero está acreditado que el arma no quedó en dicha escena. El nunca le pegó a Georgina, pero ella siempre le pegaba a él y lo engañaba, cuando los testigos en el juicio dieron cuenta de lo contrario. Muy pocas veces la vio con hematomas aunque se acreditó que todas las personas que la rodeaban siempre la veían con golpes. Ella siempre lo amenazaba con un arma, pero el resto de los testigos ya habían afirmado que ella jamás tuvo una ni había una en su casa. Y él hasta acusó de mentir a los testigos que lo habían visto a él con armas de fuego y armas blancas. Incluso se hizo un careo entre él y una amiga de Gergina, y llamaba la atención que él no levantaba la mirada del piso. También dijo que siempre pasaba alimentos a su hija no reconocida, lo que ya la madre de Georgina había negado. Y el juez le preguntó de qué trabajaba. La respuesta de Yucra fue de albañilería, pero ni siquiera podía pronunciar correctamente la palabra a pesar de tratarse de su supuesto oficio.
Lo más insensato ocurrió cuando la Dra. Natalia Segovia, coapoderada de la querella, le preguntó a Yucra si él alguna vez, luego de un año de ser maltratado y engañado, le había dicho a ella que quería terminar la relación. El contestó que no, por su hija. Y la querella repreguntó: “¿Y ella quiso terminar la relación con Ud.?”. Allí Yucra estuvo un rato largo contradiciéndose. Dijo que si, que no, dudaba, le preguntaron los jueces lo mismo, y dudaba, hasta que dijo que no. Este dato podría ser una anécdota más, pero evidentemente es lo único en lo que Yucra no mintió con facilidad.
Evidentemente, ese fue el punto neurálgico del crimen de Georgina. Georgina era de él o no era de nadie. Y si no quería ser más de él, debía estar muerta.
La declaración de Yucra demostró que el acusado no solo no estaba arrepentido de lo ocurrido, sino que ni siquiera lo conmovió la muerte misma de Georgina. Fue profundamente irrespetuoso con su memoria, y con la familia de ella, presente en la audiencia.
Mientras, afuera la CCC y otras organizaciones como Red de Abuelas de Plaza de Mayo y Casa de la Mujer María Conti de San Pedro de Jujuy acompañaban, con cánticos, petardos y bombos.
Por la tarde la  audiencia continuó. La gente se quedó a acompañar con un gran esfuerzo, a pesar de ser de otras localidades y tener que esperar cinco horas. Y ya la bronca por lo ocurrido en la mañana  llevó a que se rodeara la salida para increpar a Yucra cuando se lo llevaban a la cárcel.
Nuevamente en la Sala estuvieron presentes familiares y compañeras de Georgina, y también Kike Mosquera, coordinador de la CCC provincial.
El abogado defensor propuso una inspección ocular en la escena del crimen. El Tribunal, para evitar la presión constante y que la movilización se realizara en Perico cuando asistían a la casa de Georgina a la inspección, decidió realizar en ese mismo momento la medida, trasladándose a Perico a la casa de los padres de Georgina en una trafic con todas las partes. Cuando ésta llegó a la casa de Georgina, los compañeros y compañeras de las cooperativas de la CCC de Perico, en una nutrida y urgente concentración, estaban ya con sus mamelucos frente a la casa pidiendo cárcel apara el asesino.











“Lo que sería si lo hubiésemos programado” exclamó uno de los jueces. Al reclamo de Justicia se sumaron los abucheos al abogado defensor del asesino.
La capacidad de movilización de este conmovido movimiento que no da tregua, resultó sorpresivo para muchos, y profundamente emotivo para otros.
El crimen de Georgina es uno de los tantos femicidios que ocurren en nuestro país. Pero a la vez es distinto. Porque un movimiento de hombres y mujeres de Jujuy decidieron no solo arrancar  una condena alta para el asesino, sino también dar una lucha concreta y visible para desnudar el absurdo de nuestra legislación, que solo condenaría a Yucra a prisión perpetua si se hubiese casado legalmente con Georgina, y que exige por ello que se incorpore la figura del femicidio al Código Penal. Y exige asimismo al gobierno nacional, que así como decidió aprobar el matrimonio igualitario, una justa cuestión democrática, debe decidir avanzar con el femicidio, que también es una cuestión democrática ligada a la violencia de género que cada día se hace más visible.
La muerte de Georgina, una joven de 17 años que trabajaba de serena en las Cooperativas de la CCC de Perico para lograr su casa para ella y su hijita,  víctima de la violencia de género, ha conmovido profundamente hasta lograr que un movimiento tome en sus manos esta lucha por Justicia y por cambios legislativos en nuestro país. 


jueves, 2 de febrero de 2012

Inició el juicio oral por el femicidio de Georgina Vera


Inició el juicio oral por el femicidio
de Georgina Vera



El 1 de febrero comenzó en la Sala I de la Cámara en lo Penal de Jujuy el juicio contra Yucra, asesino de Georgina Vera, joven periqueña de 17 años. Las audiencias van a continúan.

Yucra se abstuvo de declarar, por lo que nunca formuló declaración alguna en el expediente. Declararon los padres de Georgina Vera, dos amigas de la joven, y un amigo del acusado. Faltaron tres testigos, por lo que el Tribunal con consulta a la partes tendrá que resolver si se insiste en las citaciones.

Amigas de la joven acreditaron en la audiencia con su testimonio que Yucra sabía del embarazo de Georgina. Que incluso el embarazo se le notaba físicamente.

Los golpes que recibía la joven de parte de Yucra eran regulares. Siempre tenía hematomas, que según ella, eran producto de golpes con caídas, etc. Y siempre que Georgina iba a la casa de él, volvía con golpes. También se acreditó que una vez él la había apuñalado en la pierna. Una amiga incluso declaró que había intervenido dos veces en una agresión, y en una de esas oportunidades Yucra golpeaba a Georgina quien tenía a la niña dormida en sus brazos.

También se ventiló que Yucra solía tener un arma de fuego, y que incluso amenazó con ella a un vecino de apenas 15 años.

Lo novedoso en la jornada, que no había surgido en la instrucción, fue que Georgina había decidido terminar con la relación con Yucra, lo que había comentado a su amiga. Y que habiéndo hablado de ello con el asesino, él la amenazó y a su familia también, para evitar que la relación termine.

Este testimonio, que seguramente coincidirá con el de otros testigos, da cuenta de que el asesino, lejos de una emoción violenta provocada por celos, vio en el femicidio la única forma de tomar el control respecto de Gerogina. Como ocurre en los femicidios, no es la pérdida de control lo que motiva los mismos, sino que ellos son la forma instrumental de hacerse del control, en el marco de relaciones opresivas.

Gerogina había roto con amistades e incluso había dejado el colegio por los “celos” de Yucra, relató la madre de la joven.

Mientras se realizaba el juicio oral, en el hall de entrada del Palacio de Tribunales, un nutrido grupo de integrantes de organizaciones (CCC, CEPA, AJI 20; ATD, Casa de la Mujer María Conti, Casa de las Mujeres Unidas pos la Lucha, Mujeres de la CCC de Perico, Red de Abuelas de Plaza de Mayo, Juanita Moro y Barrios de Pie) reclamaban justicia, y la incorporación de la figura del femicidio al Código Penal.



La mamá de Georgina, Mónica Vera, al terminar la audiencia dirigió unas palabras: “Mi hija tendría que haberse casado para tener derecho a una condena justa”. Esta expresión tiene que ver con el absurdo de que solo se condene con prisión perpetua si quien mata a su pareja se casó legalmente. Y desde ya, nos permite reflexionar y exigir con más fuerza que debe incorporarse la figura del femicidio al Código Penal, como plantean varios proyectos de ley presentados en el Congreso Nacional. Sabemos que si desde la presidencia se impulsa tal acción, como fue con el matrimonio igualitario, en lo inmediato tendríamos vigente la figura del femicidio en el Código Penal de la Nación.





Una actuación detestable de la defensa del asesino
La defensa de Yucra tiene como estrategia generar un hecho de “engaño” de Gerogina a Yucra, que le permita alegar la emoción violenta, a los fines de lograr una pena mínima.

Pero llega al extremo de parecer justificar con sus preguntas el estado de opresión que vivía Georgina. Tal es así que cuando formulaba preguntas a una testigo amiga de Georgina, con la que ella había salido la noche anterior, en vez de simplemente preguntar si Yucra sabía de esa salida, su pregunta fue: “¿Gerogina se escapó?”, partiendo de que estaba “presa”, y ella había violado una regla.

Esto es grave porque ser abogado defensor y garantizar un juicio justo para el acusado, jamás debe implicar justificar o hacer una defensa de la violencia de género que tanto padecimiento ocasiona a las mujeres, oprimidas en esta sociedad por el solo hecho de ser mujeres.

Lo que aún no reflexionó la defensa, es que tanto Georgina como Yucra salieron esa noche cada uno por su lado. Y ese ejercicio de su libertad por parte de Georgina fue lo que Yucra decidió enterrar para siempre con una bala de plomo.


Video de la Jornada